Mi compañero de trabajo el extremeño

Qué llevo unos días completamente cruzados, no es nada nuevo... los de mi entorno que me tienen que soportar lo saben con creces. Necesito vacaciones ya... este año no me he cogido vacaciones ningún día. He disfrutado de los puentes y de los festivos nacionales... yo no se vosotras, pero en un trabajo donde os tenéis que exprimir el cerebro cada día esto empieza a pasar factura. Tengo una carga de trabajo descomunal y cuando las cosas deberían ir mejor, peor van.. en fin, me callo que sino hablaré demasiado.

Hoy quiero hablaros de una liberación, mi compañero "el extremeño". Lo iba a llamar chico, hombre, yogurin... pero nombrarle así sería un insulto hacia el resto de seres humanos y tampoco es plan. En enero llegó una promoción de gente nueva a mi trabajo. Todos del sur. Ojo, que a mi me encanta la gente del sur y de los 8 que entraron solo he tenido problemas con este espécimen. Me asignaron 4 nuevos a mi y 4 a un compañero mío. Teníamos que enseñarles y liderar sus proyectos.  A la semana ya lo tenía tan cruzado que no podía con él.

Para empezar, nosotros no sabíamos que la gente que venía no era de la comunidad, y por costumbre les enviamos un e-mail en catalán. Nuestro jefe nos dijo que no eran catalanes que por favor nos dirigiéramos a ellos en castellano. Re-escribí mi correo, y les pedí perdón. Hasta ahí todo OK, creo que esto le puede pasar a cualquier persona. De las 4 que tenía yo asignadas 3 chicos me entendieron, me dijeron que no había ningún problema. El espécimen montó un pollo del mil. Con frases de "Aquí estamos en España y se tiene que hablar en español" "Los catalanes sois lo peor del mundo y me dais asco" etc etc etc. Le callé la boca diciéndole 1. no soy catalana y 2. si te dan asco los catalanes, pues hijo, te vas a tu casa que nadie te obliga a estar aquí. De este estilo ha sido nuestra relación durante estos meses.

En mi trabajo tenemos horario flexible. No tenemos hora de entrada, pero tenemos que hacer 8 horas al día. Podemos entrar desde las 8 hasta las 10 de la mañana y a partir de ahí, hacer nuestro trabajo. A la semana empecé a controlarlo y vi que trabajaba unas 5 horas diarias. Llegaba a las 10.30 y se iba a las 5 y poco. Paraba casi dos horas para comer, más de media hora para comer y encima paraba a merendar.... viva la productividad! Después de una charla muy amigable con el jefe, decidió hacer horario normal.

En cuanto al trabajo es una auténtica pena trabajar con él. Me lo pusieron a mi lado para que estuviera más controlado (ni que yo fuera una niñera) y os juro que en estos meses casi me ha desquiciado. Tu le dices como se hacen las cosas pero a él eso le da igual. Trabaja cómo le da la gana, porque él lo vale. Me he pasado días y días solucionando errores de su código. Incluso entregó una aplicación supuestamente acabada en la que faltaba gran parte de la funcionalidad (y que casualidad que era la más complicada). Si hablamos de la forma de trabajar... no sigue ninguna estandarización, según él: el que no entienda mi código, que se joda. Ese es su lema de trabajo! Si hay algo de lo que se caracteriza mi profesión es del trabajo en equipo. Un equipo de varias personas realizan un desarrollo, pues él odia trabajar en equipo, porque tiene que aguantar a las otras personas (no será al revés?) que casualmente lo hacen todo mal y él lo hace todo bien.

Cómo compañero de mesa es una joya. Se pasa el día aporreando su mesa al ritmo de la música que se pone a tope con sus auriculares. A partir de las 4 de la tarde su whatsapp comienza a vibrar sin descanso sacándome de mis casillas, porque así una no se puede concentrar. Entre whatsapp y whatsapp se ríe y comenta lo buenas que son las fotos que le van mandando.

Afortunadamente, hoy me libero de él. Es su último día. Ha encontrado un trabajo en Madrid y se va para allí. Yo no puedo dejar de alegrarme por el lastre que me he quitado de encima, aunque luego pienso en sus nuevos compañeros de trabajo y sin conocerlos me dan penita. 

Podría estar hablando de él durante entradas y entradas pero no voy a comentar nada más. Quiero que acabe el día de hoy y perderlo de vista. Esta noche me voy a ir a una heladería para celebrarlo porque mi salud mental lo va a agradecer.

¡Hay que ver lo duro que es tener un pedante, incompetente de compañero de trabajo!

¿Os habéis encontrado con alguna situación similar?

Un besazo y mil gracias por leerme!!!!