miércoles, 3 de febrero de 2016

El chándal de táctel derretido y la jota aragonesa

El otro día hablando de trastadas infantiles y moda de los 80 en el trabajo me acordé de un percance que tuve de pequeña con un chandal de táctel en clases de jota aragonesa.. Así dicho suena un poco rocambolesco, pero voy a intentar explicarme lo mejor posible.

Como buena aragonesa, de pequeña iba a clases de jota una o dos tardes a la semana. Creo que todas las niñas nacidas en Aragón hemos dado clases de jota en nuestra infancia. 

Aquí hago un inciso antes de hablar del chandal para explicaros un poco como era mi profesora de jota. En mi pueblo, cuando yo era pequeña, teníamos a una señora de mediana edad (tirando a mayorcita) dando clases de jota. Esta señora era amada, odiada y temida a partes iguales. A esta tipeja señora se le tenía que llamar Doña Asunción, sino se enfadaba. Yo cuando pienso en extraescolares siempre me ha venido a la cabeza diversión y aprendizaje unidos. Cuando pienso en Doña Asunción me viene angustia en la cabeza.


Doña Asunción era una mujer muy estricta. El primer o segundo día de clase clasificaba a los niños. Sus favoritos y los del montón. Los favoritos eran los que en las fiestas de navidades y fin de curso, además de bailar con el grupo, iban a cantar. Una jota, dos o las que hiciera falta. Eso de la igualdad era algo que no sabía lo que era. Si no le entrabas por el ojo, ibas a ir a clase a ver cómo las otras niñas cantaban, porque a ti nunca te iba a tocar.

Evidentemente, como es de suponer, yo caí en el grupo de las "del montón". No era favorita por lo que nunca canté. Pero mi incursión en el mundo de la jota duró escasos meses. Todavía recuerdo el último día que fui a clase. Estábamos ensayando un nuevo paso del baile que íbamos a hacer para final de curso. Evidentemente, ensayábamos entre gritos e insultos, porque algo te salía mal te insultaba y ridiculizaba hasta más no poder (recuerdo un día una niña que se meo encima de la bronca que le pegó). En el paso que tocaba ese día teníamos que dar una vuelta. Ella chillaba.. ¡la vuelta se da hacia el lado de la mano con la que escribís! ¿Y qué pasaba? Pues que soy zurda. Yo no lo hacía mal, ya que hacía lo que ella pedía, pero iba al revés del resto de las niñas.

A la tercera vez que di la vuelta hacia la izquierda, se levantó y me pegó un bofetón en toda la cara. Yo me puse a llorar y me empezó a chillar. Cuando me vino a buscar mi abuelo materno me cogí a su cintura llorando desconsoladamente. Recuerdo que tenía 7 años, porque mi madre estaba embarazada de mi hermana. Las palabras de Doña Asunción a mi abuelo fueron exactamente estas: "a ver si da a luz ya su hija, porque tenemos a la niña completamente descentrada, no sabe que se escribe con la derecha" A lo que mi abuelo contestó: la niña es zurda. Aquella mujer no dijo nada más.

Cuando llegué a casa y se lo expliqué a mis padres, decidieron que ya no iba a ir más a clases de jota. Total, yo ya no quería ir, y ellos no se fiaban de aquella "señora".

Vuelvo al tema del chándal: Un día de invierno, yo llevaba un chándal de táctel tan maravilloso y típico de los años 80. Ese día en clase de jota tocaba canto y como Doña Asunción ya había decidido quien se iba a lucir en el festival de jota, las demás niñas íbamos de meras espectadoras a ver cómo las otras cantaban (ea, nuestros padres pagaban también religiosamente la cuota, pero nosotras no merecíamos cantar). Nos pasamos una hora al lado de una estufa de butano calentándonos porque hacía muchísimo frío. Como no nos movíamos (recordad, solo mirábamos a las que cantaban) pues estábamos congeladas.

ay la moda de los 80...

Yo, estaba delante de la estufa, ¿qué paso? Pues que mi pantalón de chándal se derritió... menos mal que llevaba el forrillo blanco tan típico de este tipo de prenda sino me hubiera quedado en bragas!! El pantalón no cogió fuego ni nada por el estilo, pero se derritió y se quedó como un chicle... Cuando lo descubrí me paralicé. Tenía pánico, no quería que lo viera Doña Asunción... Evidentemente lo vio y se puso a chillar que era mala, porque mis padres me tendrían que comprar otro chándal. 

Me hizo sentir tan tremendamente mal que llegué a casa muerta de miedo. No quería que mis padres se gastaran los dineros (literalmente ella me dijo los dineros, y para mi eso me parecía una fortuna) en otro chándal simplemente porque yo me había portado mal... 

Al entrar a casa, mi madre vio que yo solo caminaba con el culo pegado a la pared y no sabía el motivo. Cuando lo descubrió... ¡no pasó nada! Simplemente me dijo que no me pegara tanto de la estufa porque me podía quemar, y asunto solucionado. Si es que mi madre siempre ha sido la mejor del mundo mundial!


¿Qué os parece Doña Asunción? (Afortunadamente, al cabo de unos años la asociación la echó y contrataron a gente con verdadera vocación)

¿Teníais chándal de táctel?

¿Os apetece una entrada sobre moda de los 80?

Un besazo y mil gracias por leerme!





5 comentarios:

  1. jajaja. Sandry, me has alegrado la tarde

    Mi foto en el libro de escolaridad voy con un chandal tipo tactel, pero un chandal bonito

    ResponderEliminar
  2. Ayyyyy madre mía!!!! Yo iba a baile regional, en la entrada de las trastadas lo dije cuando mi abuela me pilló tirando los macarrones, pero mi profe(que murió por desgracia hace 15 días y le han hecho homenajes en todas partes) era muy buena y nos motivaba y bailábamos y cantábamos todas, y menos mal porque sino mi hermana que nació descoordinada se habría quedado siempre sentada.
    Qué mala era esa mujer, hacerte sentir mal por un percance que fue culpa suya por no hacer que os movierais y por clasista, y lo de pegarte, esas cosas aunque sean de hace tiempo me dan una rabia...
    De chándal de táctel mejor ni hablamos, cómo podíamos llevar eso y creer que íbamos guays. A mí me pilló en el instituto y el mío era rosa chicle de un cursi que espanta, uffff.
    Siiii, post de moda 80 y 90, que es lo más.
    Un besín y Doña Asunción se lo perdió que seguro que cantabas genial.

    ResponderEliminar
  3. Yo como te imaginarás iba a flamenco jajajaja, pero mi profesora era mi vecina del 5º y muy buena mujer la verdad... Doña Asunción me parece una bruja literalmente, peor que la señorita Rotenmeiller. Mi chándal de táctel era celeste jajaja. Tía esa señora te pegó? Qué fuerte¡¡ Era para denunciarla. Besitos

    ResponderEliminar
  4. Estoy indignadisima con esa señora asquerosa y ·$%$&/()=/(&, por no decir algo peor. ¿Qué clase de persona trata así a los niños? ¿Cuánto tiempo estuvo dando clases? ¿Por lo menos la echaríais del pueblo a pedradas no? Como me ha indignado...
    Ya que me he explayado, vamos a lo que vamos. Acabo de descubrir que esos chandals tan horribles se llamaban de tactel y sí, tuve uno o varios. Me parecen super horribles y tiemblo de pensar que se vuelvan a poner de moda. Me apetece una entrada de moda por supuesto.
    Una amiga quemó una chaqueta en la estufa y para que su madre no le echase la bronca se compró una igual y la otra la tiró. Y eso con unos 15 años... jajaja
    Besos

    ResponderEliminar
  5. Hola. en los 80 era una niña y también con el famoso chándal de tactel... creo que todas lo teníamos y era lo ''más''. Profesoras como la tuya eran habituales. Eran otros tiempos que espero que no regresen... la moda de los 80 vista desde ahora era un esperpento. Seguimos en contacto

    ResponderEliminar